Nicoleta Talpa, escritora rumana

  Ha pasado el invierno. La Primavera de nuevo nos llena los sentidos  de esperanza. Recompone nuestras almas con sentimientos positivos, invitándonos con inocencia y naturalidad ser como es ella misma. Los primeros vencejos adornando los cielos del campo, ese azul hace que el día sea más especial y empecemos esta aventura, en el aire libre. La tierra está cubierta de colores vivos como si de ropa de fiesta se tratara. Con elegancia, paseamos entre los árboles enflorecidos. Todavía creo en la magia de mirarte a los ojos y sentir dentro de mí esas alas de mariposas aleteando… En un suspiro digo:

! Me encanta este olor a verde, a aire de campo!

Las flores rosas y blancas de los almendros con sus aromas atraen a las abejas…Lento, el viento mueve las ramas y las caídas de los sépalos y pétalos por debajo de los árboles forman un mantel blanco-rosado.

 Hoy, a tu lado, he disfrutado de este renacimiento de la tierra…Transmites paz y austeridad, minimalismo a este cuadro vivo pintado de ella, la Primavera. De un arbusto nos llega una intensa fragancia de lilas, nos intriga y hace que miremos su hermosa flor.

En lo más alto de un árbol, hay dos golondrinas que trenzan canciones nostálgicas, melancólicas de amor. Todo el campo nos sonríe. De manera natural el sol nos calienta en silencio…

 Los que pasemos por aquí y abramos los ojos, la mente…Dependiendo de nuestro espíritu, lo recordaremos como un esplendoroso momento de Primavera … Su grandeza merece ser recordada con sus múltiples realidades…Visiones…

 Hemos salido a buscar colores y hemos vuelto enamorados…